
18-02-2021
Valorar la creatividad local
“NO TENEMOS NADA QUE ENVIDIAR A NADIE. HOY LA CREATIVIDAD ES LA REINA.”
En tiempos que nos desafían y exigen mayor creatividad y cooperación que nunca, Alejandra Mustakis, expresidenta de Asech conversó con ACHAP sobre sus proyectos y recomendaciones para incentivar las industrias creativas: “Tenemos que reconocer el valor de lo que se hace en Chile y dar preferencias a los productos que son “de verdad”, y tienen una historia de emprendimiento detrás”
Tiene 44 años, es madre de dos hijos y se autodefine como “obsesiva, porfiada” y llevada de sus ideas. “Quiero cambiar todo”, dice la diseñadora Alejandra Mustakis, quien en diciembre de 2020 dejó su cargo como presidenta de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), tras cuatro años de intenso trabajo apoyando el rubro. Su paso por el gremio marcó un hito, entre otras cosas, porque fue la primera mujer en asumir este puesto en la historia de la Asociación, y porque le tocó enfrentar dos de las mayores crisis de Chile en el último tiempo: el estallido de octubre y la pandemia. Ella recuerda su paso por la agrupación con cariño, pues cree que se convirtió en un espacio “medio futurista”, desde donde impulsar innovadoras propuestas para apoyar el talento local. “Gran parte de las cosas que sé hacer hoy las aprendí en la Asech”, dice. Durante su período, Alejandra Mustakis, logró empujar la ley “Pago a 30 días” –una normativa que, entre otras cosas, implementa un mecanismo de denuncia anónima y registro de deudores–, participó en el proyecto de Reforma Tributaria y en el fortalecimiento de la Ley Empresa en un Día, que de manera simplificada permite a través de un portal en internet desde constituir y modificar hasta disolver sociedades. Cree que el mejor aprendizaje se obtiene en la calle. Por eso, disfruta de conocer, conversar y escuchar a gente diversa para empaparse de nuevas realidades: “Aprendo todo el tiempo, de todo el mundo”, asegura. No teme cambiar de opinión y está convencida de que “la buena colaboración se da en la diferencia”. Hoy, abocada a su rol de emprendedora se encuentra preparando el lanzamiento de un nuevo proyecto en marzo, denominado Koo, que, según comenta a ACHAP, “todavía es un secreto, pero tiene que ver con todo lo que he aprendido, el nuevo lujo y cómo las marcas esperamos una cosa distinta”, temas en los que profundiza en esta entrevista.
Como diseñadora y creadora de cuatro emprendimientos –Medular, Kauel, Marker Space e IF Chile–, Mustakis sabe lo que significa producir en Chile. Nuestro país, plantea, tiene muy buenos profesionales, especialmente en el área de desarrollo, sin embargo, en su experiencia personal se ha percatado en varias ocasiones de que lo que es hecho por chilenos no es tan reconocido como lo que viene de afuera. Recuerda, por ejemplo, que cuando trabajaba en Kauel, presentaba los proyectos al cliente “con un desarrollo increíble”. Pero, cuando les contaba que todo había sido hecho en Chile, el producto ya no valía lo mismo. “Querían pagarnos menos porque era algo chileno. De hecho, había empresas que ya no nos contrataban porque no querían ocupar tecnología hecha en Chile por chilenos. Y luego venía un emprendedor americano, le pagaban diez veces más y le creían porque era americano”, sostiene. También experimentó situaciones similares como espectadora. Comenta que en un evento de ProChile realizado en nuestro país, un estadounidense, un argentino y un chileno se presentaron. “El primero dijo que tenía la mejor empresa de diseño del mundo, después el argentino dijo que cambió los videojuegos de la región y el chileno que quería hacer diseño que nadie hubiese hecho. Y dijeron ‘qué agrandado’”, relata. “Yo no podía creer que dijeran eso del chileno. Tenemos susto de ocupar palabras grandes. Desde el mundo creativo nos toca cambiar eso”, dice la emprendedora, quien cree que como sociedad tenemos que valor a nuestros ídolos. “No tenemos por qué buscar referentes afuera teniendo a personajes como el biólogo y filósofo Humberto Maturana, el bioquímico Pablo Valenzuela o la bióloga Bernardita Méndez”, asegura. Ese tipo de paradigmas deben ser alterados, dice Mustakis. Para ella, en Chile hay diseñadores que pueden competir con los italianos porque contamos con un nivel de diseño y creatividad “increíble”. Pero hace falta que se pongan las fichas en las industrias creativas y valorar lo que se hace al interior del país y/o por chilenos. “Los productos chilenos deben ser llevados al mundo, pero que afuera no solo se compre algo nacional, sino que también paguen el precio que corresponde”, advierte. “Alguien puede invertir en ti, pero si no se valora tu trabajo no sirve”. Ella también considera que las industrias chilenas han sabido crear y desarrollar mucho más barato que países desarrollados y con un muy buen estándar. “Somos súper buenos en biotecnología, en desarrollo de software, cine, con nada de recursos. Eso es un mérito. Si uno va a un país desarrollado y les quitas los recursos, yo no sé qué tan bien desarrollarían las cosas, porque no están acostumbrados”, puntualiza.
Para Mustakis, Chile está viviendo un proceso de transformación que comenzó con el estallido social y que ganó más fuerza por la pandemia del nuevo coronavirus. Ambas situaciones, sostiene, “cambiaron el juego”. A su juicio, cada individuo debe repensar cómo hace sociedad, salud, educación, familia, gobierno y empresa, y propone que la magnitud de los cambios nos enfrentan a un “Nuevo Renacimiento”. Es, advierte, “una oportunidad gigante para todos quienes quieren escribir la nueva historia”. Desde el punto de vista de los emprendedores, esta nueva época también significa tener una mirada distinta. El mundo de los negocios, dice la diseñadora, ya no debe solo pensar en las últimas tendencias, sino también en un sueño social.
De la misma forma, los consumidores han cambiado su perspectiva y valoran la historia que hay detrás de un producto. “Lo mejor hoy es ser de verdad. Por eso hice una columna hace algún tiempo que se llamaba “el nuevo lujo”: admiro a alguien que te muestra una cartera hecha por un emprendedor de La Araucanía o me cuenta que tiene un restaurante en Antofagasta y que le compró al emprendedor local. Esa historia es de verdad, tiene marketing por sí solo, tiene historia y tiene una acción que realmente podemos ver”, destaca.
Mustakis considera que el proceso de redacción de una nueva Constitución para Chile representa un mundo de posibilidades para el país, las empresas y el ecosistema creativo en Chile. “Hay una oportunidad bonita en estos años”, dice. Para ella, algo a lo que la sociedad tiene que dar espacio es a no solamente cuestionar a los líderes, sino acompañarlos a que hagan los cambios. En ese sentido, considera que están dadas las condiciones para que los gremios creativos, de publicidad, de cine, de diseño y emprendimiento se junten para poner en valor su trabajo: “Sería interesante mostrar lo bueno que somos y que no tenemos nada que envidiar a nadie. Hoy la creatividad es la reina, así como antes el rey era ser ingeniero. ¿Qué pasa si nos juntamos todos los creativos y buscamos hacer un cambio conjunto? Hoy todo tiene que ver con unión y cooperación”. La emprendedora también está participando de forma activa en el proceso constituyente: es parte de Levanta Chile, un frente ciudadano formado mayoritariamente por emprendedores que busca ser parte de la redacción de una nueva Carta Magna. La ex presidenta de Asech hace hincapié en que “no solo se hace país y sociedad desde lo público”. Lo considera un error conceptual “gigante” y aclara: “Yo quiero construir país todos los días de mi vida desde mi rol de emprendedora. Levanta Chile es eso”.
En cuanto a las estrategias para mejorar la percepción hacia el trabajo hecho en Chile, cree que la educación está obsoleta y confía en el emprendimiento como base para generar cambios. “El emprendimiento te empodera como persona. La gracia del emprendimiento es que, aunque no hayas tenido una buena educación, puedes vender, ser bueno y cambiar tu vida. Pero el ideal uno es que haya buena educación”, recalca. Mustakis considera en la actualidad el tener una carrera de e-commerce de seis meses puede valer mucho más que cinco años en la universidad. “En eso no te va a faltar plata y todos los emprendimientos lo necesitan”, detalla. “Hoy debemos preocuparnos de enseñar a ser, que las personas sepan cuáles son sus pasiones y sus habilidades, ser mejor en lo que eres bueno, no en todo, porque no tiene sentido. Que equivocarse no es motivo para irse castigado fuera de la sala o para tener un rojo. Que alguien no sea bueno en matemáticas no es un drama y ser bueno en música es genial”, reflexiona y concluye: “cuestionémonos las cosas importantes”.
Fuente : A¡ Magazine
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